Ahora lea esta cita bajo el título “Navidad”: “En el mundo romano, la Saturnalia (17 de diciembre) era un tiempo de algarabía e intercambio de regalos. El 25 de diciembre también era considerado como la fecha de nacimiento del dios iraní Mitra, el Sol de la Justicia. En el año nuevo romano (1 de enero), las casas eran decoradas con verdor y luces, y regalos les eran dados a los niños y a los pobres. A estas observancias se sumaban los ritos navideños germánicos y celtas, cuando las tribus teutónicas penetraron en Galo, Bretaña y Europa central. La comida y el buen compañerismo, el tronco navideño y el bizcocho de Navidad, el verdor y los abetos, los regalos y saludos, todos conmemoraban diferentes aspectos de esta temporada festiva. Fuegos y luces, símbolos de calidez y fuego duradero, siempre han sido asociados con el festival invernal, tanto pagano como cristiano” (Enciclopedia Británica, 15ª edición, Vol. II, p. 903).
Una cita final acerca de la selección del 25 de diciembre como la fecha de nacimiento de Cristo se hace necesaria. Note un artículo en The Toronto Star (La estrella de Toronto) de diciembre de 1984, por Alan Edmonds, titulado “Les debemos mucho a los druidas y a los holandeses”, éste dice: “La Reforma le causó daño a la Navidad. Para entonces, por supuesto, los astutos políticos eclesiásticos ya habían adoptado el festival pagano a la mitad del invierno como el supuesto natalicio de Jesús de Nazaret, y habían incorporado algunas otras deidades paganas para hacer más apetecible su toma de poder”.
El 25 de diciembre no fue seleccionado porque fuera el nacimiento de el Mesias, o porque fuera siquiera cercano a éste. Fue seleccionado porque coincidía con el festival pagano idólatra de Saturnalia — y esta celebración debe ser examinada cuidadosamente. En cualquier caso, no sabemos la fecha exacta del nacimiento de el Mesias. Aunque Di-s ciertamente pudo haberla dado a conocer, ¡Él eligió esconderla de los ojos del mundo!
Una cita final acerca de la selección del 25 de diciembre como la fecha de nacimiento de Cristo se hace necesaria. Note un artículo en The Toronto Star (La estrella de Toronto) de diciembre de 1984, por Alan Edmonds, titulado “Les debemos mucho a los druidas y a los holandeses”, éste dice: “La Reforma le causó daño a la Navidad. Para entonces, por supuesto, los astutos políticos eclesiásticos ya habían adoptado el festival pagano a la mitad del invierno como el supuesto natalicio de Jesús de Nazaret, y habían incorporado algunas otras deidades paganas para hacer más apetecible su toma de poder”.
El 25 de diciembre no fue seleccionado porque fuera el nacimiento de el Mesias, o porque fuera siquiera cercano a éste. Fue seleccionado porque coincidía con el festival pagano idólatra de Saturnalia — y esta celebración debe ser examinada cuidadosamente. En cualquier caso, no sabemos la fecha exacta del nacimiento de el Mesias. Aunque Di-s ciertamente pudo haberla dado a conocer, ¡Él eligió esconderla de los ojos del mundo!
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